La técnica FISH (Hibridación In Situ Fluorescente) permite analizar el contenido cromosómico de los espermatozoides, identificando alteraciones genéticas que pueden afectar a la fertilidad masculina.
¿Por qué es relevante este estudio?
El seminograma tradicional no detecta anomalías genéticas.
El FISH complementa este análisis, revelando posibles alteraciones en los cromosomas 13, 18, 21, X e Y, y otros si la historia clínica lo requiere.
¿Cuándo se recomienda realizar un FISH?
- Antecedentes de abortos de repetición
- Fallos de implantación embrionaria
- Baja calidad seminal (oligozoospermia, astenozoospermia, teratozoospermia)
- Cariotipos alterados en el varón
- Embarazos previos con anomalías cromosómicas
¿Qué detecta el FISH?
Detecta aneuploidías (número incorrecto de cromosomas) y diploidías (duplicación cromosómica), que pueden comprometer la viabilidad del embrión y aumentar el riesgo de aborto o patologías genéticas.
¿Cómo se realiza?
Se utilizan sondas fluorescentes específicas que se unen a los cromosomas, permitiendo visualizar cuántas copias hay en cada espermatozoide mediante microscopía de fluorescencia.
Conclusión
El FISH es una herramienta clave en el diagnóstico de infertilidad masculina.
Si se detectan alteraciones, se recomienda realizar un test genético preimplantacional (PGT-A) para seleccionar embriones cromosómicamente normales y aumentar las probabilidades de éxito en reproducción asistida.